lunes, 22 de junio de 2009

Dragon Ball sin libertad de expresión





Cuando apenas cumplía los 5 años un canal de televisión nacional empezó a transmitir la serie animada “Dragon Ball”. Hoy, Sandino tiene 10 años y continúa mirando el mismo programa pero en otro canal y en una versión posterior llamada “Dragon Ball Z”.

Este es su programa favorito y pese a que es conciente de su contenido violento, él, con rostro tímido y mejillas apenas sonrojadas, afirma que lo seguirá viendo, pues considera que en él no tiene ningún efecto negativo el ver estas imágenes.

“Siempre me pareció chévere, pero más Dragon Ball Z porque tiene más acción” dice Sandino Martín regresando su mirada hacia su madre con una sonrisa un tanto nerviosa, quien manifiesta que ellos como padres siempre le han explicado que la televisión es irreal y únicamente útil como entretenimiento. El niño por su parte considera que esa serie en particular no tiene nada de malo, “para mí está todo bien”

Sandino vive en una familia de clase media, estudia en un colegio particular llamado Jean Jaques Rousseau, en su familia son todos profesionales y tiene 4 hermanos mayores que han hecho que madure más rápido de lo normal, según manifiesta su madre.

En su colegio sus amigos también miran esa serie y otras más, juegan en varios recreos a ser personajes de la Saga de Dragon Ball. Él es “Gohan”, hijo del personaje principal “Gokú” y con sus compañeros hace demostraciones de los poderes sobrenaturales de su héroe. Comenta los diferentes capítulos con sus compañeros y de vez en cuando también se acuerdan del programa “Nobita y Ben 10”.

Pero el mismo Sandino, con su corta edad, ya reconoce que él está bien gracias a la seguridad y explicaciones que sus familiares le han brindado. De sus amigos no asegura nada… Su familia es muy crítica de los medios de comunicación pero permiten el acceso de su último hijo a los programas que él desee.

Llega de su escuela a las 14:00 horas, almuerza y está listo para ver su serie preferida, junto a su pequeño sobrino de 4 años, Ernesto, disfruta de cada capítulo. Mira 2 cada día de lunes a viernes.

Sandino es un niño que disfruta su infancia, a su familia y también a la televisión, pero el efecto de la misma le es indiferente. No es conciente de que desde nuestro nacimiento estamos expuestos a información que determina de alguna manera, mayor o menor según el caso, nuestro comportamiento y nuestros deseos.

Con su figura delgada y caminar ligero el pequeño Sandino, con apenas una decena de años de experiencia es uno más de los miles de niños que miran horas diarias de televisión en el Ecuador. Pero su sonrisa no se inmuta por esta simple conclusión. Pese a que su serie está en la mira del Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conartel) que ha determinado que el contenido de este programa, transmitido por Ecuavisa, puede ser visto por todos menos por los niños.

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