miércoles, 24 de junio de 2009

Programas especialmente recomendados para la infancia




Fotografía:Paulina Jarrín "Guardería "Mis Sueños" Quito-Ecuador"

Los programas que pueden calzar en la caracterización de recomendados para niños son aquellos que muestran una descripción positiva de comportamientos infantiles impulsando valores como la solidaridad, la igualdad, la cooperación, la no violencia y la protección del medio ambiente. Son programas sin presencia de violencia, cuya temática conflictiva está limitada a pequeños conflictos propios de la infancia resueltos positivamente. “El sexo sólo está justificado con carácter educativo o pedagógico para la formación sexual dirigida a menores de 7 años”. Así lo afirma Migue Álvarez del Río en su libro “Programación Infantil de Televisión: Orientaciones y Contenidos Prioritarios”.


Los programas que entren en el horario infantil deben pues ser aquellos que fomenten el desarrollo de los niños y que les dejen una enseñanza que se convierta en una herramienta para su vida. Debe mostrárseles el mundo, pero de una manera explicativa, con el afán de enseñanza y no de ganancia de raiting o de negocio. Solo así se podrá realizar este cambio en la programación de los canales locales, que terminaría significando un cambio radical en la forma de comunicar, empezando a ser periodistas o comunicadores y no vendedores o negociantes.

La ley garantiza teóricamente la programación apta para niños, pero lastimosamente la legalidad siempre se ha visto superpuesta por el deseo de garantizar y defender intereses, olvidando que nos debemos a una sociedad, los medios de comunicación deben estar al servicio público, al servicio de sus audiencias. Es así como el horario infantil no debe estar solamente regido por leyes y normas sino por los valores éticos de responsabilidad social y de lucha por el desarrollo de los países, siempre defendiendo la libertad y la igualdad de oportunidades. Dando una programación a los niños que vaya solidarizándolos y humanizándolos. Exactamente lo contrario de lo que hasta ahora se ha venido haciendo.

lunes, 22 de junio de 2009

Los padres también tenemos la culpa





Fotografía: Paulina Jarrín "Niño llora solo en guardería".

Si tomamos como hipótesis que la televisión no es precisamente la mejor escuela para nuestros hijos por qué le damos tanto espacio e importancia en la vida de los niños.

Los padres también tenemos la culpa por pensar que ella (la televisión) es infaltablemente una de las actividades diarias.

Moni es una profesora parvularia de la guardería “Mis Sueños” ubicada al norte de la ciudad de Quito. Ella cada día atiende a 20 niños que llenos de energía comparten con ella y dos profesoras más de 4 a 10 horas.

Si bien su experiencia no es muy amplia cuenta que nota como cada vez hay más niños que comparten poco tiempo con sus padres. “Hay niños que llegan a las 7:30 de la mañana y les vienen a retirar a las 6 de la tarde”. Y ello se evidencia no solo en la actitud emocional, sino también en su desempeño educativo.

“La tía Moni”, como la llaman insistentemente los niños, tiene 28 años, aunque su corta estatura y delgado cuerpo la hacen parecer aún más joven. Su cabello está siempre alborotado pero su sonrisa intacta frente a los problemas que cada día se presentan en su guardería. Muchos de ellos causados por ideas equivocadas de los niños sobre la violencia y la agresión.

“La tía” cuenta que hay varios niños que golpean a sus compañeros y que al pedirles explicaciones es muy común que la respuesta tenga a algún programa de televisión como ejemplo. “Después les preguntamos a los papitos y ellos dicen que no les dejan ver nada”. Entonces Moni no se explica dónde ven los niños esos programas que en lugar de educarlos los malcrían.

Los padres son los primeros responsables en la educación de los niños, y según la psicóloga Beatriz Paz la afectación que tenga la televisión en un niño dependerá de sus fortalezas y debilidades emocionales, las que son determinadas en su mayoría en el hogar.

Así, a pesar de que la sociedad obligue a los padres a trabajar incansablemente, no debemos olvidar que el motivo de la lucha son nuestros hijos, y en lo posible debe privilegiarse la calidad de tiempo que les dedicamos. Compartiendo actividades que cumplan no solo con nuestra responsabilidad familiar, sino con la ley que en nuestro país proclama desde el 2003 que se prohíbe:

1. La circulación de publicaciones, videos y grabaciones dirigidos y destinados a la niñez y adolescencia, que contengan imágenes, textos o mensajes inadecuados para su desarrollo; y cualquier forma de acceso de niños, niñas y adolescentes a estos medios;
2. La difusión de información inadecuada para niños, niñas y adolescentes en horarios de franja familiar, ni en publicaciones dirigidas a la familia y a los niños, niñas y adolescentes; y,
3. La circulación de cualquier producto destinado a niños, niñas y adolescentes, con envoltorios que contengan imágenes, textos o mensajes inadecuados para su desarrollo.
Estas prohibiciones se aplican a los medios, sistemas de comunicación, empresas de publicidad y programas. (Tomado del Código de la Niñez y Adolescencia del Ecuador.

Ni la tía Moni, ni la televisión (sin eximirla de culpa) pueden dar la educación que la familia brinda a los niños. Que son los sujetos más vulnerables en la sociedad y por tanto deben ser los más protegidos. Pero pese a que la normativa legal existe, no se presenta la denuncia desde la población que exija el respeto a uno de sus derechos básicos.

La tía Moni termina la jornada de cada día despidiendo a Andrés, el último niño en ser recogido, se cierran las cortinas y a esperar el próximo día en que ella tratará de suplir y subsanar todos los inconvenientes que surjan entre sus “chiquitines”, pero hace un pedido a los padres: “Escuchen a sus niños y contesten sus preguntas”.

“Las nuevas generaciones de niños son cada vez más difíciles de disciplinar” Dolores Villalba

Entevista a Licenciada Dolores Villalba
Directora y Profesora del Jardín de Infantes fiscal “Martín González”
Experiencia de 25 años de docencia con niños.








Fotografía: Paulina Jarrín
"Desfile de escuelas en Cayambe"




1.- ¿Dónde ejerce su profesión?

En el Jardín de Infantes Martín González, de la cuidad de Cayambe. Soy Directora del mismo, pero también cumplo funciones como profesora.

2.- ¿Por cuánto tiempo ha sido profesora de niños?

Mi experiencia sobrepasa ya los 25 años de servicio, siempre he trabajado con niños, pero desde hace 19 años que me dedico a los niños de jardín o como se llama ahora: primer año de educación básica. Con niños de 5 a 6 años.


3.- ¿Ha notado algún cambio en el comportamiento de los niños con el paso de los años?

Definitivamente en el largo trayecto que tengo como profesora creo que los medios de comunicación, especialmente la televisión han ido ocupando un lugar cada vez más importante en la educación de los niños, esto junto a la falta de supervisión por parte de los padres hace que los estudiantes tengan un exceso de estímulos negativos. Principalmente los niños varones pasan viendo la televisión durante toda la tarde, ellos apenas tienen un momento libre, sea en el aula o en el patio, empiezan a jugar a las luchas, se patean, etc.


4.- ¿Estos juegos han causado algún accidente?

Ninguno de gravedad, pero eso gracias al constante control que las maestras ejercemos, siempre se los cuida y se intenta prevenir cualquier cosa que pueda lastimarlos, pero sí es muy frecuente que salgan llorando por ejemplo porque hay niños muy groseros.


5.- ¿En qué otros aspectos puede observarse los efectos negativos de la televisión en los niños?

Actualmente es común ver niños que no tienen hábitos de estudio, los padres no imponen horarios, ni de comidas, ni de actividades o trabajos e incluso de descanso. No hay un control en las horas que los niños pasan frente al televisor y menos aún un control con los programas que miran


6.- ¿Cómo ayudan en su institución al presentarse esos casos?

Prácticamente estando atentas todo el tiempo, dándoles disciplina y tratando de brindar advertencias a los padres de familia. Pero cada vez es más difícil el disciplinar a los niños y niñas.


7.- ¿Qué actividades son recomendables para disminuir la posible influencia de la televisión en los niños?

Los niños deben tener certezas que favorezcan su seguridad, la implantación de horarios es importante. Así ellos saben cuando es momento para cada actividad como el comer, estudiar, jugar y hasta mirar televisión, pero escogiendo los programas más idóneos.


8.- ¿Los niños ven programas que no están clasificados para su edad?

Sí, principalmente las novelas, y me sorprenden muchas veces porque me cuentan sobre telenovelas que ni yo misma veo y que son presentadas en la noche. Y como maestra recalco la importancia de que los niños estén acostados a las 8 de la noche y no más tarde.


9.- ¿Cómo influye en los niños el ver programas no aptos para niños?

Pienso que principalmente les cambia la mente, las ideas digamos infantiles e inocentes que ellos tienen. Aprenden cosas que no son convenientes para niños tan pequeños.


10.- ¿Qué no deben ver los niños en la televisión?

Obviamente la madurez psicológica y emocional de los niños no es la suficiente para entender imágenes de violencia, sexo, agresiones. Ellos necesitan de programas que les favorezcan en su desarrollo.

Los niños venden: resulta que son un personaje infaltable para la publicidad





Fotografía: Paulina Jarrín

Niño Toma Coca Cola



Los menores tienen derecho a buscar, recibir y utilizar la información adecuada a su desarrollo. María Fernanda Ron, psicóloga infantil, en artículo publicado por diario El Comercio afirma que "En la publicidad que rodea a los programas infantiles en los canales comerciales hay muchas imágenes que no son apropiadas para los niños” , y ella representa en este caso un conocimiento generalizado pero no solucionado hasta el momento, pues la publicidad no ha sido sometida a una clasificación que determine la que es apta para el horario infantil y la que no.


Este es un problema que se da con frecuencia en el Ecuador, pero que sucede con gran fuerza también en países del primer mundo como España donde TVE (Televisión Española) ya ha lanzado una propuesta para evitar los contenidos inadecuados en las franjas definidas como de protección de la infancia, además de la necesidad apremiante de exponer claramente cuando una escena no es apta para un infante.


Fotografía: Paulina Jarrín
¿Barbies o niñas?





Pero en nuestra sociedad la publicidad juega un papel muy importante, vende, pero no solo vende productos, sino estilos de vida, estereotipos muchas veces ideales y ajenos que causan más daño del cuantificable en la audiencia infantil, a simple vista podemos diferenciar dos. La primera que la publicidad en los horarios infantiles se centra mucho en la exaltación de productos comestibles muy altos en calorías y grasas, incitando su consumo y propendiendo al sobrepeso de los infantes, la segunda es que muestran a las niñas y niños figuras muy estilizadas, imposibles en la realidad, dando una imagen muy pobre a quienes salen de estos parámetros de belleza, en conjunto estos dos aspectos pueden llevar a desórdenes alimenticios muy graves como la bulimia o la anorexia, enfermedades psicológicas y también físicas que con mayor frecuencia cada vez se presenta principalmente en la mujeres y paulatinamente desde más jóvenes.

Así la publicidad, en su afán por vender, está pasando sobre las normas éticas y legales, resultando en un gran enemigo de la educación de los niños.
La mundialización de la televisión se da en los años 60´s a 70´s, junto con el enorme auge del mundo occidental. Actualmente la mayoría de la población del país tiene acceso a ver la televisión, lo que la constituye en parte fundamental de la formación y educación de la sociedad. Los canales de televisión local por su parte, no se han consolidado como los defensores de los derechos ni de las personas, se han afirmado como empresas que lejos de prestar un servicio a la comunidad se sirven de ella. Los canales locales han optado por hacer lo mínimo para mantenerse al aire provocando que su compromiso social se vea siempre supeditado a los intereses empresariales. No hacen pues suficiente al establecer una parrilla de programas infantiles si no se va a tomar en cuenta las características inapropiadas de ciertas escenas para los niños. Se toma entonces “el principio del mal menor, invocado con mucha frecuencia…”como manifestó José Angel Agejas en su libro “Ética: realización personal y desarrollo social”

Dejando de lado la publicidad y el interés empresarial se puede pensar realmente en la educación y desarrollo de los niños, por esto en los últimas meses se ha destacado la programación infantil presentada por el canal estatal Ecuador TV, el cual libre de publicidad presenta 2 horas en la mañana de y 2 y media horas en la tarde de programación especialmente diseñada para niños, pues no es el único parámetro el escoger dibujos animados, pues en muchas ocasiones tienen altos contenidos sexistas, de violencia, de dolor y de irrealidad.

Los niños en el país tienen impuesto el acceso a escenas aún inexplicables para su razonamiento y conocimiento, y que además no respetan su condición. Los canales de televisión y más específicamente los comunicadores estamos en el deber ético de proteger a las personas, y a los niños con mayor razón aún, pues se encuentran más vulnerables a la información que se les reparte.

La televisión resulta en uno de los principales enemigos del desarrollo adecuado de los niños y en sí de todo el público, ya que lejos de tener un compromiso real de servicio a la sociedad, la televisión se maneja como una gran empresa cuyo único afán es mantener las audiencias en orden, entretenidas y dándoles rentables ganancias.

La televisión no es una niñera


Fotografía:Paulina Jarrín
Niños en desfile



Entrevista a psicóloga clínica Beatriz Paz
Psicóloga de la Fundación Hermano Miguel de la ciudad de Quito



1.- ¿Cuál es su labor en la fundación Hermano Miguel?
Principalmente lo que yo hago es dar terapia psicológica a niños y adultos que han sufrido la pérdida de alguna de sus extremidades, pues esta fundación colabora a la sociedad con prótesis y rehabilitación. Pero también atendemos a cualquier persona que solicite una cita particular en los días martes y jueves.

2.- ¿Qué casos se ven con frecuencia en la consulta particular?
Han aumentado mucho los casos de terapia de parejas o familiares, ya que cada vez en los hogares la separación está más presente. También recibo varios casos de niños con dificultades de aprendizaje y de disciplina.

3.- ¿Cree que la televisión puede influir en estos casos?
Sí, puede influir en la medida de que nos está mostrando realidades diferentes a las propias, y la respuesta de las personas a las mismas dependerá del grado de fortalezas y debilidades que posea. La televisión en exceso produce una sobre estimulación en los niños que puede causar trastornos emocionales, en el sueño, etc.

4.- ¿Qué efectos puede tener en los niños esta sobre exposición a las imágenes presentadas en la televisión?
La televisión muestra muchos estereotipos, violencia y situaciones irreales que no favorecen el correcto entendimiento de la vida de los niños. Depende la identificación que ellos realicen de los mensajes expuestos. Un niño tímido por ejemplo buscara un personaje que supla sus debilidades. En definitiva los efectos dependerán de las posibilidades emocionales del menor.

5.- ¿En cuánto a la publicidad, qué puede causar?
Por ejemplo, un niño introvertido podría hacer una identificación con algún elemento de publicidad que le dé fortaleza y por ende insistirá en poseerlo o en comprarlo, porque ya pasaría a formar parte de algo que suple su necesidad emocional.
Un chico delgado (y si ese es un conflicto parar él) se enganchará con una publicidad que le ayude a resolver su falencia
Por otra parte en el momento de asumir ya en la realidad, la actitud o conducta vista en la televisión, y no tener el resultado esperado puede provocar en el menor la sensación de incapacidad de minusvalía y provocar de igual forma conductas violentas.


6.- ¿Ha generado algún cambio en los niños el aumento de horas en que están frente al televisor?
El número de horas sí influye por cuanto los menores se convierten en observadores de realidades distantes, en espectadores sin posibilidades de cambiar esa realidad que les viene ya lista con la solución incluida. Pero el estimulo-mensaje queda enganchado en las emociones de los niños con las cuales puede hacer identificaciones y asumirlas como suyas en caso de así requerirlas.

A más tiempo de presentación de estímulo más posibilidades de identificación con el estímulo.

7.- ¿qué deben hacer los padres para neutralizar estos efectos?
Los programas ya vienen listos, realmente el contenido de ellos no puede ser cambiado, entonces se debe dosificar y delimitar los programas que ven los chicos. Existen en la actualidad series con mensajes adecuados que favorecen el desarrollo de los niños. Ser positivos.

8.- ¿Qué debería contener un programa de televisión para niños?
Principalmente debería basarse en situaciones reales, en condiciones cotidianas y sin sobredimensionar los estímulos para que el niño haga una identificación real de su propia realidad. El programa debe tratar valores familiares, fraternarles, sociales que pueden ayudar al menor a una mejor vinculación.

9.- ¿Qué debe hacerse con un niño que tomó un mensaje inadecuado de la televisión?
Los padres deben darle criterios de realidad, es importante que cuando el padre observe una actitud repetitiva de un niño en razón de identificarse demasiado con un personaje o programa televisivo. También es importante que el niño aprenda por si mismo a diferenciar los contenidos de los programas. Terapéuticamente los niños asisten al psicólogo cuando hay situaciones agresivas entre hermanos, compañeros, desórdenes en el sueño por la sobre estimulación de los niños producida por imágenes explícitas o violentas y en la noche se predisponen al miedo. Esta consulta es muy frecuente.

10.- ¿Deben los padres controlar que sus hijos no vean programas no aptos para niños?
Deberían, es una responsabilidad familiar de un rol materno o paterno adecuado. Ahora los padres ven a la televisión como una segunda mamá o una niñera que puede permitir a los padres descansar, pero es importante filtrar estos programas por la salud interna de los chicos.


Dragon Ball sin libertad de expresión





Cuando apenas cumplía los 5 años un canal de televisión nacional empezó a transmitir la serie animada “Dragon Ball”. Hoy, Sandino tiene 10 años y continúa mirando el mismo programa pero en otro canal y en una versión posterior llamada “Dragon Ball Z”.

Este es su programa favorito y pese a que es conciente de su contenido violento, él, con rostro tímido y mejillas apenas sonrojadas, afirma que lo seguirá viendo, pues considera que en él no tiene ningún efecto negativo el ver estas imágenes.

“Siempre me pareció chévere, pero más Dragon Ball Z porque tiene más acción” dice Sandino Martín regresando su mirada hacia su madre con una sonrisa un tanto nerviosa, quien manifiesta que ellos como padres siempre le han explicado que la televisión es irreal y únicamente útil como entretenimiento. El niño por su parte considera que esa serie en particular no tiene nada de malo, “para mí está todo bien”

Sandino vive en una familia de clase media, estudia en un colegio particular llamado Jean Jaques Rousseau, en su familia son todos profesionales y tiene 4 hermanos mayores que han hecho que madure más rápido de lo normal, según manifiesta su madre.

En su colegio sus amigos también miran esa serie y otras más, juegan en varios recreos a ser personajes de la Saga de Dragon Ball. Él es “Gohan”, hijo del personaje principal “Gokú” y con sus compañeros hace demostraciones de los poderes sobrenaturales de su héroe. Comenta los diferentes capítulos con sus compañeros y de vez en cuando también se acuerdan del programa “Nobita y Ben 10”.

Pero el mismo Sandino, con su corta edad, ya reconoce que él está bien gracias a la seguridad y explicaciones que sus familiares le han brindado. De sus amigos no asegura nada… Su familia es muy crítica de los medios de comunicación pero permiten el acceso de su último hijo a los programas que él desee.

Llega de su escuela a las 14:00 horas, almuerza y está listo para ver su serie preferida, junto a su pequeño sobrino de 4 años, Ernesto, disfruta de cada capítulo. Mira 2 cada día de lunes a viernes.

Sandino es un niño que disfruta su infancia, a su familia y también a la televisión, pero el efecto de la misma le es indiferente. No es conciente de que desde nuestro nacimiento estamos expuestos a información que determina de alguna manera, mayor o menor según el caso, nuestro comportamiento y nuestros deseos.

Con su figura delgada y caminar ligero el pequeño Sandino, con apenas una decena de años de experiencia es uno más de los miles de niños que miran horas diarias de televisión en el Ecuador. Pero su sonrisa no se inmuta por esta simple conclusión. Pese a que su serie está en la mira del Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conartel) que ha determinado que el contenido de este programa, transmitido por Ecuavisa, puede ser visto por todos menos por los niños.